En los años 1940 Argentina era tierra de oportunidades para los inmigrantes que llegaban escapando de la guerra. La familia D' Agostini nació así. Su padre, italiano, que fue prisionero de guerra en Alemania durante la Segunda Guerra Mundial , obtuvo la libertad luego de la alianza entre Italia y el gobierno de Hitler. Al regresar, encontró su pueblo devastado y decidió emigrar a América. En lugar de desembarcar en Brasil, llegó a Argentina, donde buscó a compatriotas que ya se encontraban en el país desde la Primera Guerra Mundial. Tras pasar un tiempo en La Rioja, se asentó en Catamarca . Se casó por poder con su madre, una joven también italiana que emigró siguiendo a su amor. Se arraigaron con los italianos que había en Catamarca . “Mis padres nos repetían que Catamarca nos abrió las puertas”, recuerda con nostalgia D’ Agostini.
Del matrimonio nacieron cinco hijos. Walter es uno de ellos y fue quien, por el testimonio de fe de su madre y el profundo amor al trabajo de su padre, sintió que debía devolverle a la tierra que tanto les dio, algo en señal de agradecimiento. Es así que, hace 10 años surgió la idea y se comenzó a pensar la posibilidad de concretarla. No fue un proyecto que se realizó de un día para el otro. Se trabajó durante mucho tiempo sobre los aspectos económico y de desarrollo que implicaba materializarlo. Es un proyecto religioso-turístico, que se encuentra emplazado en el mismo cordón montañoso donde está la Virgen en la gruta.
El rodeo: lugar elegido por el destino y un perro
“El lugar fue elegido después de muchas vueltas”, confiesa Walter. Con humor, comenta que quien terminó de confirmar que debía ser allí fue su perro.
El Rodeo es un lugar muy significativo para la familia D’ Agostini. Tenían una casa de fin de semana en La Calera y visitaban muy seguido la zona. A través de paseos en cuatriciclo, bicicleta o caminando, el cerro llamaba la atención de Walter y fue así como se acercó a la curia catamarqueña para comentar su idea. La respuesta que obtuvo fue favorable y desde ahí comenzó a desarrollar el proyecto que “quería combinar la naturaleza con algo que impacte, que genere interés en la gente”. “El objetivo del proyecto es turístico y religioso. La idea fue ayudar y apoyar el turismo en esta zona”, comenta.
“El lugar fue elegido después de muchas vueltas”
El desafío de realizar un sueño: cómo nació la idea
Desde que apareció la idea hasta el día de hoy, han pasado nueve años. Comenzó como una idea, se convirtió en un proyecto y, tras su aprobación, se pasó a la etapa de construcción. “Todo esto fue un esfuerzo propio”, se enorgullece Walter. Se hizo, durante un año, la apertura del camino en roca para poder comenzar con la construcción del monumento. Luego, se hizo una gran inversión para llevar electricidad y agua al lugar. Estos pasos, aunque costosos en tiempo y dinero, eran esenciales para ofrecer servicios sanitarios. El agua se extrajo del pie de la montaña y se transportó a través de una cisterna desde una distancia de 2 kilómetros hasta la cima. También se realizó una parquización.
Inicialmente, la idea era hacer una figura de no más de 25 o 30 metros, para que tome relevancia y protagonismo. Una vez abierto el camino, se avanzó con el proyecto, pero después de dos años, se hizo un cambio y reformulación debido a que lo que se había construido no cumplía con la visión original. “La estructura de hormigón ya estaba hecha, pero tuvimos que rediseñar el proyecto y agrandar la imagen. Nos dimos cuenta de las dimensiones finales tras muchas pruebas y errores”, explica Walter.
Uno de los aspectos que D'Agostini destaca con orgullo es que la obra fue realizada en su totalidad por catamarqueños. “Me llena de orgullo porque trabajamos todos juntos, ingenieros, arquitectos, proyectistas. Se trabajó durante siete años desde que se tomó la iniciativa hasta que el monumento estuvo listo y es el más grande del mundo”, afirma.
“Hay muchas horas de trabajo y sacrificio. La gente no sabe todo el esfuerzo que implicó construir esta imagen en las difíciles condiciones de allí arriba”, subraya Walter con vehemencia.
Hay muchas horas de trabajo y sacrificio.
Devoción en movimiento: la inauguración y su impacto
“Me gusta el deporte motor, que implica riesgos. Desde que corrí en moto hasta que competimos en autos de carrera, siempre llevábamos a la Virgen , incluso en el Dakar, donde llevábamos una imagen inmensa”, destaca Walter.
Cuando la familia se involucra en deportes de competición o cualquier otra actividad que lo requiera, se acercan a la gruta para rendir homenaje y agradecer. Walter recuerda que cuando andaba en bicicleta por la zona y veía la gruta en sus peores momentos, eso le daba el mayor incentivo para avanzar con el proyecto. Aunque aclara: “La gruta ahora está muy linda”.
Para llevar adelante la obra se necesitó permiso del obispado, que se obtuvo a través del obispo Luis Urbanc y los sacerdotes Luis Quiroga y Héctor Salas, quienes creyeron en el proyecto y apoyaron su construcción.
“El día de la inauguración tuvimos un día espléndido y de total calma”, recuerda D'Agostini. “La Virgen nos acompañó en todo el proceso; hubo una gran cantidad de gente y repercusión, que no buscamos, simplemente ocurrió. Es un honor como catamarqueño que puedan disfrutar de esta imagen”, concluye.
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Información importante
Horario de atención: sábados y domingo de 11 a 18 hs.
Se puede llegar hasta el inicio del recorrido en vehículo particular, motocicleta, bicicleta, transporte diferencial o contratando una excursión en una agencia de viajes.
El recorrido tiene 6 km desde la base del cerro y hasta llegar al Complejo.
Hay dos alternativas para acceder:
A pie: para lo que se debe notificar en la recepción antes de iniciar el recorrido. El acceso a pie es gratuito. En este caso se recomienda llevar ropa y calzado cómodos y acorde, agua, gafas, sombrero, protector solar y repelente para insectos. Circular con precaución.
Combi: se abona un ticket que incluye traslado ida y vuelta. Son dos combis con capacidad para 17 personas cada una; estas suben y bajan constantemente para la comodidad de los visitantes. Niños menores de 4 años y personas con CUD (Certificado Único de Discapacidad, se recibe también certificado y credencial desde la App Mi Argentina) no abonan el traslado. El pago es sólo en efectivo actualmente. Se debe reservar al 3834 591979.
Aranceles vigentes - septiembre 2024
Rodeinos, Jubilados/as y niños/as hasta 12 años: $ 5.000
Catamarqueños: $10.000
Nacionales: $15.000
Extranjeros: $20.000
El Complejo de El Camino de la Fe es un establecimiento Pet Friendly, se puede acceder con mascotas siempre y cuando posean su correa, chapita identificatoria y bolsa sanitaria. Se solicita atención de sus cuidadores.