De entrada, una pregunta: ¿Te consideras digno/a de tener éxito, bienestar, pareja estable y dinero? Quizás sí, quizás no…Sólo tú lo sabrás y de la respuesta podrás deducir la relación actual que tienes con el dinero.
Te explicamos: desde pequeños aprendemos a desarrollar las primeras nociones respecto al merecimiento a través de la interacción con el entorno y los mensajes recibidos por parte de nuestros padres y adultos cercanos ya que con ellos aprendimos a sentirnos más o menos dignos y valiosos.
Por ejemplo, los padres sobreprotectores o excesivamente permisivos educan a sus hijos en la creencia de que ellos son el centro de atención y todas sus expectativas han de ser satisfechas. Otros, en cambio, condicionan en exceso el valor de los hijos en función de sus logros; por ejemplo, ofreciendo premios y castigos de acuerdo con su comportamiento o con el rendimiento académico. Todas estas vivencias van moldeando nuestra comprensión del mundo y tienen repercusiones a futuro.
Esta actitud puede causar dificultades a diversos niveles: por ejemplo, durante la etapa formativa, la responsabilidad del bajo rendimiento académico se desplaza hacia profesores e instituciones en lugar de ser asumida por el estudiante; en el ámbito laboral, las altas expectativas pueden llevar a abandonar rápidamente un puesto de trabajo al no obtener el beneficio o reconocimiento esperado.
Toda esta intolerancia a la frustración puede causar malestar y dar lugar a conflictos interpersonales, al adoptar una actitud de superioridad, egoísta o carente de empatía. Y cuando tomamos conciencia de esta escasez, insuficiencia, inseguridad y mala gestión, podemos tener problemas relacionados con el dinero pues se estará moviendo una gran cantidad de energía y de emociones.
En principio el dinero es solo eso, dinero, una energía neutra y práctica que fue creado para intercambiar, pero de un tiempo para acá se ha convertido en un centro de la batalla, el detonante de nuestros problemas, dolores de cabeza y entonces perdió su neutralidad.
Entonces la manera en cómo manejas el dinero y tu relación con él, habla de ti, de tus heridas, de tus creencias.
Una de las claves para gozar de bienestar emocional, de relaciones interpersonales enriquecedoras y de fluidez económica se encuentra en alcanzar un equilibrio y esto se logra trabajando en el amor propio incondicional que nos permita cometer errores y aceptarnos con ellos; pero, del mismo modo, hacernos responsables de nuestros actos.
Considerarnos dignos y merecedores de buenos resultados no implica desentendernos del trabajo que se requiere para alcanzarlos, ni tampoco menospreciar el camino de otras personas. El respeto por nosotros mismos y por los demás no está reñido, sino que es complementario, y sentirnos valiosos no significa restar valor a los demás.
Si deseas tener una buena relación contigo mismo y ser merecedor de dinero, debes empezar por aceptarte. Cuando nuestras heridas de infancia se activan, pasamos a reaccionar, en esos momentos, acepta tus reacciones y sentimientos, observa tus pensamientos, tus sensaciones físicas y no trates de esquivarlas, simplemente siéntelas, esto puede ayudarte a sanar…
Comprende que todos los seres humanos somos sensibles, tenemos nuestras propias preocupaciones, entonces trata de sentir compasión y tolerancia por el otro, sin juicios ni acusaciones.
Cuando reacciones, respira y pregúntate: ¿Cuál es mi necesidad? ¿ser amado, protegido, considerado, respetado, reconocido?… como en la infancia estas necesidades no fueron colmadas por tus padres, crearon sufrimientos, que se accionan de vez en cuando, porque mucha gente se pasa la vida sufriendo y buscando que los otros colmen sus necesidades, y ahora que eres adulto, solo tú puedes darte el reconocimiento, respeto, amor, atención que te pudo faltar en tus primeros años de vida.
Por otro lado, pese a que el optimismo sea una buena actitud vital, este no debe conducir a sostener expectativas irreales e inflexibles. Y es que, si bien podemos esperar que el devenir de los acontecimientos nos sonría, no podemos pretender que estos sucedan siempre y sin trabajo por nuestra parte.
Existen personas que parecen tener un don natural para atraer el dinero y vivir en ABUNDANCIA. No es magia, sino hábitos saludables con el dinero que cualquiera puede adoptar. Si estás buscando mejorar tu relación con las finanzas y fomentar el ahorro, estos hábitos son clave.