Para responder esta pregunta se tienen que tomar en cuenta muchísimos factores que caracterizan a un país o a una región. 

Afirmar que una mujer sólo por ser mujer está mejor capacitada para ser líder de un país (como presidenta, gobernadora o primera ministra) es repetir los estereotipos de género que tienen un alto impacto en las esferas de la vida pública. 

En notas de The New York Times y The Guardian se habla de las tres mujeres que han sabido enfrentar mejor la crisis sanitaria por la pandemia de covid-19: las presidentas de Taiwán, Alemania y Nueva Zelanda. 

Pero, ¿qué ha hecho que un selecto grupo de mujeres tenga los mejores resultados ante esta crisis?

Ya sabemos que apelar al argumento de que se es mejor sólo por ser mujer es falso. Sin embargo, muchas expertas en el tema sugieren que para ser una buena líder hay factores que también tienen que ser tomados en cuenta. Es decir, no sólo aquel que tiene que ver con el género de una persona, sino aquellas variables como la raza, la clase, la sexualidad y la discapacidad. De manera aislada ninguna de estas variables explica por qué una mujer llega o no a ser una buena líder. Es la manera en la que todas estas se configuran en contextos particulares lo que hace que una mujer pueda alcanzar un puesto de liderazgo y, además, pueda desempeñarse de la mejor forma posible. 

Aun así, cuando una mujer alcanza algún puesto de liderazgo es porque ha sabido jugar con las reglas del juego: seguirlas, pero también doblarlas a su favor. Dicho de otra manera, las mujeres con aspiraciones a lugares de liderazgo social, económico o político tienen que ser mejores; se les exige un nivel mucho más alto que a los hombres. Las mujeres rara vez son capaces de fracasar como los hombres; deben ser el doble de buenas que los hombres para que se les tome en serio. 

En el caso de la crisis sanitaria por covid-19, estas mujeres se han destacado por tomar las decisiones más acertadas para sus contextos específicos. Es importante destacar que cada país tiene sus propios problemas que enfrentar. Por ejemplo, no es lo mismo comparar la población total de Nueva Zelanda (cinco millones de habitantes) con la de Reino Unido (66.27 millones). Y a la par, hay que considerar las características propias de cada población. Por ejemplo, México es uno de los países con más número de personas con obesidad mórbida y diabetes. 

Es por esto que, en la situación actual derivada de la pandemia por covid-19, una buena líder es aquella que toma las mejores decisiones en función de su situación particular, aquella que conoce al país que dirige, que sabe escuchar y considerar las opiniones de científicos expertos y que se encuentra al frente de un país con una buena gestión de los sistemas de salud.